jueves, 21 de febrero de 2013

Una familia sede a una anciana un piso tras mediar StopDesahucios de Granada

Solidaridad contra los desahucios en Granada
Una familia madrileña cede el uso de una vivienda en Granada a una mujer a punto de perder la suya tras la mediación del grupo Stop Desahucios.
   

El movimiento Stop Desahucios de Granada surgió tras las protestas de mayo de 2011. / Olmo Calvo
Matilde, una mujer jerezana de 73 años con muchos años de residencia en Granada, recibió a finales de 2012 su orden de desahucio, previsto para marzo de este año. No podía seguir pagando el alquiler de su casa, de 260 euros. Tiene a su cargo a su nieto, de siete años. Su pensión no contributiva de 380 euros, junto a sus ahorros, las aportaciones de otros miembros de su familia y los trabajos puntuales que realizaba, le habían permitido afrontar el pago del alquiler hasta ese momento, pero al perder esos ingresos extraordinarios se vio frente al precipicio de perder su vivienda en el barrio de La Chana.
Ante ese panorama, decidió recurrir al grupo Stop Desahucios del 15M de Granada, que desde el movimiento popular de mayo de 2011 detiene desahucios, arranca acuerdos a los bancos y abarrota de personas afectadas por el problema de la vivienda, semana tras semana, las aulas de institutos y facultades en las que se reúne, tanto en el centro de la ciudad como en los barrios de La Chana y Zaidín.

Casas para la gente

En diciembre llegó la solución en forma de acto de solidaridad inesperado. Ruth M. A. llamó por teléfono a Stop Desahucios. Ella y sus cinco hermanos (María Jesús, Susana, Manolo, Carmen e Iván) ponían a disposición del grupo el piso del que son propietarios en Granada. “Decidimos que fuera para Matilde porque era la situación más difícil que teníamos en ese momento”, explica a DIAGONAL Antonio Redondo, activista de Stop Desahucios.
El suicidio, horas antes de su desahucio, de José Miguel Domingo, vecino de La Chana, donde los hermanos tienen el piso, terminó por decidirles Tras ser contactada por este periódico, Ruth relata cómo llegaron a hacer esa oferta tan poco habitual en los tiempos que corren. El piso era de sus abuelos y luego de su padre y, tras su fallecimiento, la heredaron los seis hermanos. La casa estuvo alquilada hasta hace dos años. En ese momento intentaron venderla, sin éxito. “Por dejadez –continúa Ruth– siguió vacía”. Ella y otra hermana habían estado dándole vueltas al asunto “de que no podía seguir así con la situación social que hay”. El suicidio, horas antes de su desahucio, de José Miguel Domingo, vecino de La Chana, donde los hermanos tienen el piso, terminó por decidirles. Los seis, de los cuales cuatro viven en Madrid, uno en el Pirineo y otro en Burgos, estuvieron de acuerdo en dar el paso.
“Ninguno de nosotros es rico, tenemos una situación jodida, con contratos a tiempo parcial, temporales o en el paro, unos estamos hipotecados, otros vivimos de alquiler”, comenta Ruth.
Tras la llamada telefónica, Ruth se desplazó a Granada, donde conoció al grupo de Stop Desahucios y a Matilde, y participó en la movilización para impedir un desahucio en el municipio granadino de Padul. “Me muevo, voy a manifestaciones, pero nunca lo había hecho, me pareció emotivo y precioso”, recuerda.
El acuerdo se firmó sin problema. Los hermanos alquilan a Matilde el piso por 50 euros mensuales, “un poco menos que los gastos de comunidad, pero si en algún momento no puede –dice Ruth– no nos inquieta”. El acuerdo durará en principio un año, pues, según Ruth, “dada nuestra situación no sabemos si lo necesitaremos más adelante, pero si no se quedaría a disposición de Stop Desahucios”.
Redondo explica que es el único caso de este tipo que han tenido hasta el momento, y anima “a los bancos a tomar ejemplo de ciudadanos anónimos no se pueden tener casas vacías y gente sin casa, que pongan las casas a disposición de la gente”. “Me han comentado sobre otros casos parecidos en otros lugares, y esperamos que haya un efecto contagio”, señala Ruth.
Por lo pronto, Matilde podrá seguir disfrutando de una vivienda. Hace poco hizo la mudanza a su nuevo piso.

45.000 desahucios en cinco años

Desde 2008, cuando la “economía del ladrillo” se rompió en mil pedazos, hasta septiembre de 2012, últimos datos disponibles del Consejo General del Poder Judicial, se han producido 44.878 desahu­cios en Andalucía, más del 15% del total del Estado. Málaga es la más castigada por los desalojos, con 5.875 en los nueve primeros meses del pasado año, una cifra que duplica a las siguientes provincias: Cádiz (2.920), Granada (2.918), Almería (2.366) y Sevilla (2.174), Córdoba (1.428), Huelva (1.409) y Jaén (1.268). La estadística oficial entre 2008 y 2011 recogió los desalojos acordados por los servicios comunes de actos de comunicación y ejecución. Sólo desde 2012 se incluyeron los decretados por los juzgados de Primera Instancia, mucho más numerosos que los anteriores.

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